18 noviembre 2008

Carlos (notas antiguas)

Carlos es un ave nocturna. Dibuja en el sogiorno mientras yo tomo estas notas, aunque él piense que leo. Escoge una lámina de entre cuarenta, la coloca en vertical, luego en horizontal. Empieza a dibujar sobre el papel pálido. No se decide, borra las líneas casi invisibles antes trazadas, sacude la lámina, dejando el suelo lleno de restos de goma. Parece que prefiere hacer bocetos en un folio antes de dedicarse a la versión definitiva. DIN-A4. Esboza la silueta de muchos animales que yo ni tan sólo recuerdo haber visto jamás. Ahora sí parece estar satisfecho. Vuelve a colocar la lámina DIN-A3, primero en vertical para, finalmente, situarla horizontalmente. Empieza el trabajo definitivo. El lápiz es parte de su mano, de su brazo, de su tronco, de su alma. Sí, Carlos dibuja con el alma, y la tiene de artista. Parece imaginar al son de la música, parece que la música lo lleve a imaginar ese pavo real, orgulloso, con corona. Con las acuarelas da vida a esos animales que yo no conocía, hasta ahora.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estaba pasando a limpio los apuntes de castellano, he topado con este poema de Carlos Edmundo de Ory y he pensado en ti, ¿por qué será?:

EN UN CAFÉ

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza

Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate

No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.

BOB dijo...

Nena tengo blog... iré colgando críticas o análisis de cosillas

besos

(luego te añado, cuando descubra cómo se hace)