18 julio 2008

cuenta atrás

A veces esperar es demasiado. El sentido de la espera ya no es recorrerte, y lo sabes, ese mismo sentido ha cobrado el significado de asfixia, pero incluso buscas aire en las entrañas del asfalto. En ese asfalto de las ciudades que, a veces, nos ponen a prueba, te dijeron una vez.
A veces, las ciudades son el eco sordo de algo que nunca existió. El maldito recuerdo que te ahoga en su ilusión. A veces, aunque no lo creas, es mejor olvidar, suicidarte en esa página que nunca salió a la luz, suicidaros de una puta vez en la fantasía que nunca llegó a ser recuerdo.
A veces, incluso piensas que esperar ya no vale la pena. O que quizás sea hora de buscar nuevas ciudades, nuevas asfixias, nuevos recuerdos. Sí, igual es hora de empezar de nuevo, de caminar en círculos por ciudades que, aunque conocidas por otros, para ti aún son estrangeras.

A veces piensas que es hora de huir de nuevo.












A veces un gesto basta.


Rayuela (cómo no) me ha hecho sonreír.


Gracias, y buen viaje. Quizás nos veamos a la vuelta.