14 enero 2009

Personal

Leo:
'E nei Canti Orfici si parla ossessivamente della ricerca di un'unità del "viaggio verso una ricomposizione impossibile'. Marco A. Bazzochi.
Y recuerdo:
Hace, más o menos, un año, hablaba, como Dino Campana, obsesivamente del viaje, de la huida. Preparaba, ansiosa, mi viaje a la Bretaña Francesa. Leía, escribía, guiada por una necesidad de búsqueda, de huída, al cabo, de mí misma.
Ahora escribo desde Firenze, y, aunque yo creí que por casualidad, no fue así que me diesen la noticia justo el día antes de volar a París, de tomar tres trenes diferentes desde París a Saumur (Pays de la Loire), para reencontrarme con Miriam, conmigo, y juntas recorrer esa parte del norte de Francia, hasta Pordic, un pequeño paraiso marítimo. En esos días hablamos de la posibilidad de aceptar la beca erasmus (de la imposibilidad de rechazarla), del amor, y el desamor, de un posible viaje-preámbulo a Berlín, el mes de agosto, de cómo nuestras vidas habían cambiado en los últimos tiempos, de las dudas que crecían sin parar, con nosotras.
Entre Francia e Italia aún hubieron dos viajes: el primero, Granada, tres días, y una noticia antes de subir al avión: otra vez las dudas, Berlín. Ese viaje preámbulo deseado. Tampoco fue casualidad.
A partir de ese momento, creí que un viaje precedía necesariamente a otro, y que así iba a ser durante mucho tiempo. Pensé, también, en la imposibilidad de enamorarme, de centrarme en un lugar, de dejar de hacer y deshacer maletas.

09 enero 2009

Hace tanto frío que me sangran los labios.

El rojo de la sangre sobresale en la gama de colores de esta ciudad: gris, en todas sus tonalidades. Gris oscuro el asfalto, los adoquines. Gris ceniza el cielo, el aire. Gris perla el ambiente de Firenze, la ciudad del invierno, del frío. Hace tanto frío que me cuesta teclear estas palabras en el teclado gélido de mi portátil.

Mi sonrisa es, también, gris, pero de un gris escarlata. Ya estoy de nuevo en casa.